lunes, 1 de diciembre de 2014


 

EQUILIBRIO



Los sabios dicen que la virtud está en el EQUILIBRIO. Es decir, dentro de dos posibilidades la buena es la que está en medio.

¿Pero que difícil es mantener el equilibrio? Sí, sobre todo en ciertas circunstancias.

Como, por ejemplo, es muy difícil saber equilibrarte cuando todo tu entorno se mueve a velocidad vertiginosa. Cuando tu vida parece derrumbarse ante las circunstancias que parecen más que complicadas, o cuando, todo tu alrededor grita hasta la saciedad.


No olvidemos que somos humanas y que, como todos los humanos, nos gusta ir a favor de la corriente. Si el mundo grita nosotras gritamos más. Si el mundo corre nosotras corremos más. Si la vida, en general, está mala, la nuestra está más.

Si eso es lo fácil DEJARSE LLEVAR.

Pero ¿qué pasa con nuestro interior? ¿A quién le hacemos caso? ¿Al exterior que tanto nos absorbe o a esa vocecita interior que casi nunca escuchamos?

Si tienes una buena base el equilibrio no es tan complicado, sólo consiste en que tu base haga de contrapeso de las circunstancias exteriores que tanto nos agobian a veces.

Yo, personalmente, tengo un poco complicado el tema de la flexibilidad. Tiendo a inflexibilizarme cuando las circunstancias no vienen de cara. Y, la mayoría de las veces me paso con la inflexibilidad hasta el punto de que me afecta físicamente. Acabo siempre con dolor de espalda.
Cuando me doy cuenta suele ser siempre demasiado tarde. 

Así pues, mi equilibrio estaría en la flexibilidad. Dura tarea todo sea dicho. Mis convicciones creo que son las correctas, es decir, ya me creo lo que predico pero tiendo a llevarlo demasiado al límite hasta el punto de que no me dejo fluir. Y hay está el problema. 
Tan importante es dejarse fluir como centrarse y mantener una cierta actitud. 
Es decir, hay que ser tozudos y machacones hasta un cierto punto pero a la vez hay que saber cambiar de actitud cuando sea necesario y las veces que sea necesario a lo largo del proceso.

Hay está el quick de la cuestión. Como ser flexible y tajante a la vez.

La virtud está en el equilibrio.

Esta vez no puedo resolver del todo el enigma porque todavía estoy en ello. 
Saber como, y sobre todo, cuando pasar de una cosa a la otra se me hace muy cuesta arriba aunque intuyo que si escuchara esa sutil vocecita interior, de la que antes os hablaba, más amenudo no me resultaría tan farragoso dar con la clave de la cuestión.

En fin, una vez más, la que os habla, se confiesa torpe ante los vericuetos de la vida que aún están por aprender. Aunque no dudo que lo lograré, soy bastante impaciente, y quisiera tener la solución YA al alcance de mi mano.

Intuyo que los tiros van por donde hemos dicho antes: mantener el equilibrio entre dos situaciones, que la mayoría de las veces, tienden a ser opuestas, teniéndo una buena base (formada por nuestras creencias principalmente) y aplicar lo que sabemos de la mano de nuestra maravillosa intuición.

Os prometo a vosotros y a mí, al mismo tiempo, que intentaré aplicarlo lo antes posible.

Un abrazo lleno de agradecimiento a todos los que han decidido leer estas humildes líneas. Os aseguro que me produce un gozo indescriptible saber que estais ahí. Y, aunque sólo puedo ofreceos estas reflexiones, deseo de corazón que, a la vez, que me sirven a mí, también os sean útiles a vosotros. Un abrazo.

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