lunes, 8 de junio de 2015




EL ARTE DE SABER ESTAR

La teoría dice que en el Universo cada cual tenemos un sitio reservado, bien; esto ya lo sabíamos. Y que si cedemos ese sitio a otras personas nos quedamos sin él porque en el Universo no se permiten sitios vacíos. También lo sabíamos.

Lo que, hasta ahora, todavía no habíamos comentado, es otra de las conclusiones lógicas que se desprenden de esta afirmación. 

El lugar que cada uno de nosotros tenemos es, sin lugar a dudas, el único sitio donde podremos desarrollar nuestro potencial al 100 por 100. Ese sitio es donde tenemos que estar, donde realmente nos sentimos bien. Dicho de otro modo, si nos ajustamos a ese sitio no meteremos la pata.

Pondré un ejemplo para que se me pueda entender.

Ya hace un tiempo que soy asidua de un Spa y Gimnasio que hay en un hotel cerca de donde vivo.
Llegué allí por recomendación de una amiga que me invitó a ir con ella, lo probé y me encantó.
El entorno donde está enclavado el hotel es idílico. Hay una pequeña cala que mira a la Costa Brava donde sin duda todos desearíamos perdernos alguna vez.

Las instalaciones son ideales. El horario me va perfecto. Etc, etc .... Y decidí hacerme socia de tal maravilla.

Dicho así parece que todo es normal, pues no, hay una cosa que queda por comentar: el personal que atiende el Spa. Esa es la verdadera razón por lo que sigo frecuentándoles.

Cuando conocí a las chicas del Spa lo primero que me llamó la atención es algo que muy pocas veces me había encontrado: su SABER ESTAR. 

Son SERVICIALES pero sin llegar a ser SERVILES. Cosa que, dicho sea de paso, a mí me molesta un montón. Eso de que vayas a algún sitio y tengas detrás al pesado de turno que no para de seguirte preguntándote constantemente si todo está a tu gusto, como si esperara una propina o un halago cada 5 segundos no lo soporto.

Mis chicas (espero que perdonen este atrevimiento) son geniales. Están siempre atentas a cualquier cosa que necesite el cliente pero sin invadir su intimidad. Nos dejan disfrutar del momento haciendo que la experiencia sea estupenda. Cada día me maravillo más de como desempeñan su trabajo. 

La educación y la exquisitez regada con una gran dosis de sencillez es su sello.

Bueno, por si a estas alturas del artículo alguien no se ha dado cuenta, lo expresaré sin más tapujos: SOY SU FAN Nº 1.

Las he visto salir de situaciones complicadas, provocadas por gente maleducada, siempre con una sonrisa. 

Eso es, para mí, ocupar el sitio que cada uno tenemos en el Universo. Eso es SABER ESTAR.

Parece sencillo y, sobre todo, algo cotidiano eso de que todo el mundo debería saber estar siempre. Pues lamentablemente no lo es. Hay gente que abusa de, lo que piensan, que es una situación privilegiada dentro de un determinado contexto, para sacar a relucir la frustación y la rabía que llevan dentro y que, no han sabido gestionar. Y casi siempre terminan "maltratando" al que creen más débil, como si eso les hiciera más fuertes a ellos.

Nada más lejos de la realidad. Maltratar, ya sea con hechos o con palabras, al que crees más débil que tu es NO SABER ESTAR. Es una verdadera gilipollez.

Sobre todo, la gente que trabajamos de cara al público, nos encontramos a diario con ejemplos que corroboran esta teoría. Tenemos que aguantar al típico y tópico enteradillo que cree que sabe más que tú porque le han dicho que ..., o al maleducado que se piensa que lo tienes que soportar porque es tu trabajo y se pasa dándote un rato la tabarra, y, lo mejor, esos yayos porculeros que, a veces, van más pasados de años que de pastillas (siempre con receta claro está) y que piensan que porque ya están de vuelta con la vida le pueden faltar al respeto a todo el mundo porque la edad les da la inmunidad suficiente para que no les pase nunca nada.

Tengas la edad que tengas, sepas lo que sepas o creas saber, da igual, SABER ESTAR es no dejar de ocupar nunca el lugar que te corresponde.
 Tratar a los demás como te gustaría que te trataran a ti y, sobre todo y ante todo, no perder, bajo ninguna circunstancia las formas, el decoro y la buena educación. Piensa cómo te gustaría que te trataran a ti si estuvieras en el lugar de la otra persona.

No es más listo el que se cuela en el metro sin pagar, ni el que trata a patadas al inmigrante de la esquina de su barrio, ni el que se lleva los albornoces, o hasta las patas de las camas de un hotel, sino el que se pone en el lugar del otro y, aunque solo sea, le intenta comprender por unos segundos.

La asertividad mezclada con la gratitud me parece una receta inmejorable para cultivar ese saber estar tan escaso es estos tiempos. 

Intento cultivar el arte de saber estar cada día, y, por supuesto, os animo a que observeis los ejemplos que todos tenemos a nuestro alrededor, de esa gente que lo borda. Nos están dando a todos un gran ejemplo.

Un abrazo enorme, y, una vez más GRACIAS.


Pst: El hotel del que os hablo es HOTEL PARK SAN JORGE de Platja d'Aro.