martes, 19 de abril de 2016



IRONIA


Ironía, bendita ironía. 

Soy una ardiente forofa de la ironía fina que es la puerta de entrada a un sentido del humor punzante e imaginativo, y que va dirigida a modificar estados de ánimo que no nos benefician en nada.
Dicho así suena como un montón de palabras carentes de sentido.

Lo explicaré, o mejor dicho, me explicaré mejor.

Todos aquellos que me conocen en persona o me intuyen al leer estas humildes reflexiones en el blog, saben que en Diciembre empecé una nueva etapa de mi vida en Calatayud. 
Volví a la ciudad que me vio nacer allá por 1969 sin pensarlo ni en exceso ni defecto. Acepte volver por un tema económico pero intuyendo que mi etapa en La Bisbal o había acabado o se iba a quedar relegada por un tiempo.

 Espiritualmente todavía no se muy bien porque estoy aquí, no tengo claro cual es exactamente mi misión aquí pero segura como estoy que nada pasa sin un porque, camino mi día a día descubriendo o esperando descubrir de que se trata.

Aparte de la ciudad, voy encontrando amistades que se quedaron en impass durante todos estos años y a los cuales estoy disfrutando enormemente mientras recuperamos el contacto.

Dejando atrás esta parte me quiero concentrar en el trabajo.

Hasta ahora me ha dado muy pocas satisfacciones aunque tengo que reconocer que las que me ha dado las valoro y las tengo en tanta estima que compensan con creces los malos momentos que he vivido y sigo viviendo.

He conocido a dos chicas extraordinarias que, mira que casualidad, se llaman Ana como yo.Una está en el mismo juzgado que yo y la otra en el de arriba.  Somos como los Tres Mosqueteros. Cuando una flaquea vamos todas al rescate.

Ya sólo por esto merecía la pena estar trabajando aquí. Por que, a decir verdad, (y a mí no me gusta mentir) todo lo demás, salvo raras excepciones, hay veces que no vale ni para echárselo a los cerdos.

Si, ya se que tengo que fomentar la tolerancia, la paciencia y mi vida los más Zen posible pero es que a veces no puedo olvidar que soy humana. Me perdono y pido también perdón a todas aquellas personas que, en una de mis facetas más "humanas" hayan podido salir perjudicadas por alguna salida de tono de esta bruta que os habla y que reconoce humildemente que lo es. Pero es que ... me sacan de quicio.

Estamos rodeadas, las otras dos mosqueteras, y yo de gente tóxica. Entendiéndose tóxica como un "cumplido" y no como un sinónimo elegante de insoportables, rabiosas, infantiles, indeseables y amargantes "compañeras" entre cuyas virtudes no figuran ni una sola de las que he enumerado antes.

La definición de tóxica la dejaré para otro capítulo.

Estar rodeada de gente que lo único que hace es quejarse, despotricar de todo el mundo, y que además lleva la hipocresía por bandera,  tiene graves consecuencias para la salud mental. Por lo menos para la salud mental de la gente a la que todavía, quiero creer que nos queda algo de cordura.


Siento lástima, hasta cierto punto, a diario por todas estas personas que no van de frente por la vida, cuya amargura les impide, no sólo no ver el bosque, sino ni tan siquiera intuirlo.
Gente que no sabe disfrutar del día a día ni en público ni en privado, cuya primera palabra para todo es "no", que ponen por bandera de su comportamiento mezquino la consabida hipocresía que caracteriza la mayoría de sus vidas, y que, si pudieran se erigirían en los dictadores más dictadores de la historia, eso si, siempre bajo el mismo lema "Es por tu bien".

Que su palabra es la ley como dice la canción. Que cuando se equivocan (es decir todos los días) ni tan siquiera se plantean pedir disculpas y aprender de sus errores. Y que tienen la osadía de pensar que sólo ellas ven el mundo bajo el prisma correcto siendo EGOISMO la marca que fabrica dicho prisma.

A veces me logran sacar de mis casillas porque en el fondo todavía sigo albergando la esperanza de que vean que se puede vivir de otra manera. Ilusa, si ilusa que es una.

Y en esos momentos en los que no puedo más, en los que me pondría a su altura (lo cual significa caer muy bajo) he descubierto que es precisamente mi fina IRONIA la única que logra sacarme del atolladero consiguiendo como consigue que esboce una sonrisa por pequeña que sea.

Mi ironía y mis dos compañeras de batallas, las otras dos Anas.

Hoy me han dado un consejo muy repetido últimamente, que "pase de ellas" pero creo que por fin he comprendido exactamente lo que significa. 

Pasar de largo de una situación no es huir, ni hacer oídos sordos, por que sinceramente por mucho que quiera no puedo desconectar totalmente las siete horas diarias que paso con estas personas. Pasar es no profundizar en la situación. No recoger el guante. Porque, al fin y al cabo, la rabía que emanan es suya y sólo suya. Y a mi siempre me han dicho en mi casa que no se debe coger lo que es de otras personas porque eso es robar.

Quédense por tanto cada uno con lo que le pertenece.

Yo, con lo mejor de cada situación y con la IRONIA de la misma. Y los demás ... que se queden con lo suyo o con lo que quieran. 
Porque al fin y al cabo hagas lo que hagas " Siempre labra mal la burra" así que hago lo que de verdad me ilusiona y con lo que me siento bien.

Gracias porque hasta ahora no lo había comprendido. Y yo a lo mío. A sentirme orgullosa de hacer bien mi trabajo día a día y a seguir fiel a mis principios, que estos si que son míos y no se los tengo que "robar" a nadie. Y lo demás ... que arreen por donde quieran.

Anitaaas os veo mañana.

Y a todos vosotros en el próximo artículo.

Un besazo. 











1 comentario:

  1. Ole bien dichooo.... Gente toxica hay mucho solo hay que aprender a huir de ellos o a esquivarlos como uno bien pueda!! Animo y fuerza!

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